El tabaco y las encías

La influencia del tabaco en las encías va más allá del hecho, bien conocido, de que el tabaco MANCHA LOS DIENTES y produce un característico MAL ALIENTO.

El tabaco DISMINUYE SUS MECANISMOS DEFENSIVOS contra las bacterias de la placa bacteriana.
Esto justifica que esas bacterias dañinas produzcan una mayor DESTRUCCIÓN DEL HUESO que sujeta al diente no recuperándose nunca más, produciéndose primero MOVILIDAD y posteriormente la PÉRDIDA PROGRESIVA DE TODOS LOS DIENTES.
¡No confíe en que sus encías estén sanas porque no sangren, SI USTED FUMA!
El que su encía no sangre, aún estando muy afectada, es un signo más del efecto del tabaco: la encía recibe un MENOR APORTE SANGUÍNEO Y DE OXÍGENO y tiende a sangrar menos.
Si la enfermedad de sus encías va a ser tratada, LA EFICACIA DEL TRATAMIENTO ES MENOR.
La respuesta al tratamiento es peor en las personas que fuman, hasta el extremo de que ciertas técnicas complejas no siempre se aconsejan en personas fumadoras, por los resultados claramente peores.

¿Cómo se trata la enfermedad de encías?

Esto se consigue eliminando las bacterias dañinas de la placa bacteriana, mediante la combinación de tres medidas.

1.- El tratamiento periodontal inicial.
2.- Revisiones periódicas posteriores cada 3 meses.
3.- Higiene personal diaria.

Pese a esto, el consumo de tabaco puede hacerle tan VULNERABLE a la enfermedad, que aun practicando las tres medidas anteriores, el resultado a largo plazo de su tratamiento será mucho peor que si no fumara.

EN DEFINITIVA, EL CONSUMO DEL TABACO PREDISPONE A LA ENFERMEDAD PERIODONTAL (PIORREA) Y DISMINUYE LA EFECTIVIDAD DEL TRATAMIENTO.

DEJAR DE FUMAR BENEFICIA LA SALUD DE SUS ENCÍAS.

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